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Bajo la influencia de la Especia Melange, la Especia de las Especias...

sábado, 15 de octubre de 2011

La Magía De Lo Invisible

El mundo de lo mágico, es un lugar alejado de toda aparente racionalidad, en el que todos en algún momento de nuestras vidas, nos hemos sumergido esperando hallar a esos seres que, aunque inexistentes para los más escépticos anidan en nuestra imaginación, cobrando vida en las mentes de aquellos que alejados en el tiempo de la época dorada donde no se nos llamaba locos por creer en ese maravilloso lugar, ahora siendo adultos racionales y maduros hasta temor mostramos a hablar, a creer en el lugar donde nacen los sueños y las ilusiones. El mundo donde las leyes de la naturaleza operan de una forma distinta a lo que estamos acostumbrados, es tan diferente este sencillo funcionamiento que nosotros en nuestra ignorancia le llamamos magia. Para la mayoría, este mundo aparece cubierto por un manto de invisibilidad, no dejándose ver por aquellos que al crecer perdieron toda esperanza, toda pureza, toda inocencia. Si queremos ver a esta buena gente debemos dejar a un lado los sentimientos que enturbian nuestro interior, estos seres mágicos tan sólo se muestran a aquellos cuyo corazón es puro, corazones que se encuentran alejados de resentimientos, odios, envidias...Quizás, esta sea una de las razones por la que cada vez son menos las personas que ven a estos maravillosos seres.



Ellos por voluntad propia permanecen invisibles para los ojos de los que ven sin ver, de aquellos que se apartan; pero aún quedan personas que a pesar de la edad siguen creyendo en esa llamada magia pensando que en algún lugar ese país existe. Estas personas poseen esa sensibilidad especial con la naturaleza, teniendo la capacidad de dar con la fuerza que forma a estos seres, por ello igual algunos concluyen que somos nosotros en ese plano astral quienes modelamos, quienes imaginamos la existencia de todo lo que luego viene a existir. Así, si imaginamos seres de apariencia desagradable es a esos a los que daremos vida por medio de nuestra fuerza interior, convirtiéndolos en seres reales, pero si por el contrario damos formas en ese plano astral a seres mágicos estos son los que llegarán a existir.



De forma consciente o inconsciente, nuestra imaginación es la fuerza, la energía que estos seres necesitan para que después de que ellos de alguna manera se hayan imaginado existiendo, vean la luz. De alguna forma somos los artífices de su nacimiento, así como de su muerte, haciendo que cuando dejamos de alimentar su existencia a través de nuestro olvido sean devueltos a esa dimensión mágica. Como si de un lugar sagrado se tratase, adentrémonos en las brumas, descorramos el sutil velo y hagamos que la oscuridad, que lo oculto, se muestre ante nosotros dejándonos ver la luz que nos ha de envolver.


Aunque según nos aseguran las historias más antiguas en tiempos pasados los hombres y estos mágicos seres convivieron en un mismo lugar, poco a poco el hombre al ir avanzando en medios se fue alejando cada vez más del mundo natural, de esta forma estos seres quedaron apartados, casi olvidados formando parte del recuerdo, de los mitos y leyendas, pero alejados de todo lo real. A ellos no les quedó otro remedio que ir apartándose para terminar refugiándose en ríos, océanos, bosques, fuentes, cuevas....lugares donde aún hoy intentan seguir habitando.


Normalmente el Reino de esta buena gente se sitúa en el norte de Europa, pero sin duda el lugar preferido para el País de las Hadas por todos aquellos que aún creen que es el lugar donde los sueños son posibles, es la misteriosa Ávalon, el paraíso del mundo celta, lugar donde las manzanas abundan como símbolo de esa inmortalidad que impregna a toda la isla, la llamada también Isla de las Manzanas. Este Edén de los antiguos pueblos libres de las influencias de la Nueva Religión, invisible para todos aquellos que dejaron de creer, que dejaron de soñar, dejándose arrastrar por la nueva fe. Un lugar donde el tiempo tal como lo conciben los que no ven no existe, tampoco existen las miserias cotidianas en las que como humanos nos vemos inmersos.


No hay que olvidar que a esta Isla de Cristal, fue llevado Arturo moribundo después de la batalla de Camlann tras la lucha que mantuvo con el hijo que le diera su hermana, la sabia Morgana Le Fay, Mordred; allí fue también donde se forjó Excalibur, algunos aseguran que por el propio Merlín; donde vivía la hermosa Elaine de Carbonek, madre de aquel que fue el único capaz de alcanzar el deseado Grial, Galahad; donde Lancelot Du Lac fue educado por Nimue o Viviana, La Dama del Lago, pupila de Merlín superándole en conocimientos y robándole el corazón.

Lugar donde habita el Hada Morgana con sus hermanas, velando por Arturo hasta que este despierte y vuelva a ocupar el lugar que le corresponde. Hoy día aunque invisible para la mayoría, este Otro Mundo existe paralelo al nuestro, sólo con apartar la tenue bruma que nos separa podremos pasar a ese otro lado para disfrutar de las maravillas que nos ofrece sin reservas. ¿Te atreves?Ese mundo de lo etéreo nos acompaña desde que se conoce la existencia del ser humano. Si viajamos en el tiempo, una de las primeras referencias que nos llegan de estas hermosas criaturas proceden del antiguo Egipto. Según las creencias de estas gentes, cuando un niño nacía hacían su aparición las llamadas siete Hathors, la misión de estas diosas del destino o hadas madrinas era predecir el futuro de los infantes. En la antigua Grecia nos encontramos con seres tan fantásticos como las ninfas y las dríades; en cuanto a Roma, en su mitología aparecen las fatas de donde procede el vocablo hada, esta palabra que nos viene del latín FATA y que a su vez deriva de FATUM, es decir el hado o el destino, hace referencia a la diosa responsable del devenir de los humanos.

Pero fue en la Edad Media donde nos encontramos con gran cantidad de leyendas que hacen referencia a las hadas, aunque en esta época en algunas ocasiones se las relaciona con las brujas.

Una época de tinieblas donde todo lo que no fuese cristiano era más que dudoso, la nueva religión despreciaba todas esas creencias, todos los rituales paganos tan relacionados con la naturaleza fue demonizado por los que portaban la cruz como símbolo de la verdad absoluta. Como ejemplo de esta estúpida persecución recordar al sucesor de Isabel I de Inglaterra, Jaime I, el cual de forma absurda no dudó en incluir a las hadas como un tipo de demonio en su famoso tratado de demonología. En el siglo XV fueron dos monjes dominicos, inquisidores para más señas, llamados Kramer y Jacob Sprenger los que en su obra Malleus Maleficarum (El Martillo de las Brujas) afirmaron que las hadas eran brujas. Sin embargo, a pesar de todo el esfuerzo que hizo esta nueva religión por borrar a estos seres de las creencias y de la memoria de la gente común, no tuvieron el éxito deseado. A escondidas, en secreto, muchos seguían creyendo en estos buenos vecinos, en su magia y en todo el poder y la energía que de ellos emanaba. Gracias a todas estas personas que aún a riesgo de sus propias vidas y de los suyos, y que se negaron a doblegarse ante tanta intransigencia e insensatez, estos compañeros siguen vivos y no tan solo en el recuerdo o nuestras mentes, gracias a ellos no se difuminaron en el tiempo perdiéndose para siempre.

Con la llegada del Renacimiento y el gusto por volver a ese mundo griego y romano tan admirado por los hombres del siglo XV y XVI, fue donde las hadas y demás seres mágicos intentan de nuevo ocupar el lugar que les fue arrebatado. Artistas de las diferentes disciplinas se hicieron eco a través de sus obras de este resurgimiento, como ejemplo podemos nombrar a Williams Shakespeare quien por medio de su pluma en su maravillosa obra El sueño de una noche de verano, escrita alrededor de 1595, dio vida a estos seres por medio de Titania y Oberón, reina y rey de las hadas. Una obra donde los sueños, la magia, la fantasía y el amor se entrelazan entre sí dando vida a cada uno de los personajes.


En el siglo XIX con el Romanticismo todo este asombroso mundo toma nueva forma haciendo que el hombre conecte con lo espiritual. Es aquí donde aparecen autores como Thomas Keightley, autor del libro Mitología de duendes y Thomas Crofton que escribió Leyendas y tradiciones del sur de Irlanda. Por supuesto no podemos olvidarnos de J.R.R. Tolkien y su genial trilogía El Señor de los Anillos, donde los bellos elfos tienen gran protagonismo haciendo que realidad y fantasía vayan de la mano. El no menos genial Oscar Wilde también se sumergió en este mundo, en 1892 publicó un libro de cuentos de hadas titulado Una casa de granadas. Recordar también, a la francesa Madame d’Aulnoy, nacida hacia 1650 y que destacó principalmente por sus cuentos de hadas. Sin embargo fue Paracelso conocido médico renacentista suizo, quien con la publicación en 1591 de El Libro de las Ninfas, los Silfos, los Pigmeos, las Salamandras y los demás espíritus influyó notablemente en muchos escritores que decidieron adentrarse en este mundo, autores como Goethe o los Hermanos Grimm entre otros se dejaron seducir por esta maravillosa obra, también los espiritas bebieron de estas fuentes. Entre los pintores encontramos a personas como Richard Dadd, William Blakc, Joshep Noel Paton, Henry Fusely, Sophie Anderson...

Muchos fueron los artistas, que por medio de su especial sensibilidad captaron los mensajes que de alguna forma la naturaleza les transmitía, plasmando en sus lienzos o en papel lo que los ojos cauterizados por la racionalidad no veían. Todos ellos intentaron reflejar esa fuerza y belleza en sus obras. Todos de una forma u otra intentaron mostrarnos toda esa magia que como si de un sueño se tratase, se desvanece en la noche de los tiempos.


La Sociedad Teosófica también se pronunció sobre estos elementales, llegando a la conclusión de que estas presencias eran una manifestación del espíritu de la naturaleza, formando parte de ella. Para ellos no se trataba de ángeles ni de demonios, era la manifestación de la misma vida. El mismo Arthur Conan Doyle, padre de Sherlock Holmes, se vio envuelto en el más que dudoso asunto de las fotografías de hadas que unas niñas, Elsie Wright y su prima Frances Griffiths, decían haber tomado en un pequeño pueblo de Inglaterra llamado Cottingley. Las llamadas fotografías de hadas de Cottingley conmocionaron a toda la sociedad de la época, tanto fue así que el propio Arthur Conan Doyle y Edward Gardner en la edición navideña de la revista Strand Magazine en 1920, publicaron un artículo titulado: Un acontecimiento que hará época: hadas fotografiadas, agotándose la tirada en tan sólo tres días. Pero esta historia no fue conocida tan sólo en Inglaterra, alrededor del mundo los más
prestigiosos periódicos del momento se hicieron eco de la noticia. Hoy día aunque se ha demostrado de forma sobrada que todo obedecía a una travesura infantil, y que las fotos no eran más que dibujos recortados hechos por la propia Elsie, hay personas que piensan que algunas de estas fotos no son fraudulentas. Fue Elsie quien en una entrevista que en 1971 concedió a la BBC-TV afirmó que las fotografías eran auténticas, aunque posteriormente ya en los años ochenta hay quienes aseguraron que tanto Elsie como France admitieron que algunas eran falsas. Sin embargo los defensores de las fotos aseguraban que esta confesión, era fruto de la presión que estas dos mujeres venía sufriendo desde hacía tiempo. Como siempre cada uno de nosotros somos libres de elegir lo que creer.


Ya hemos visto en breves pinceladas, a lo largo de todos los tiempos encontramos historias que nos
hablan de hadas, elfos, enanos, duendes, gnomos, ninfas, y demás personajes que forman parte de esos espíritus de la naturaleza. Los bosques son los lugares donde más gustan vivir a estos seres, bosques frondosos donde los riachuelos y lagos forman parte del paraje natural. Por desgracia cada vez más y debido a la mano del hombre, quedan menos de estos lugares haciendo que el ver a estos elementales se haga más difícil. Así y todo a pesar de que estos seres prefieren permanecer en el plano astral de forma que ellos nos ven pero nosotros a ellos no, en ocasiones y de forma especial permiten a alguien cruzar esa línea de lo irreal, donde lo fantástico se ofrece al ojo humano como invisible dejándose ver. Hay personas que aseguran haber visto a las hadas, otras igual no han sido capaces de ver a estos seres de forma física pero quizás, al pasear por alguno de estos lugares hemos sentido esa energía especial que envuelve como un manto todo nuestro ser, es en estos lugares donde nuestra percepción, donde nuestros sentidos se abren un poco más siendo capaces de sentir la naturaleza y por que no, a esos habitantes que aunque invisibles, en ocasiones se dejan ver, ya sea de forma voluntaria o por descuido. Lo que no podemos negar es que en esos parajes se percibe una energía única, una mágica fuerza capaz de envolverlo todo. Pero para nuestro pesar, hoy en día la gran mayoría de nosotros hemos perdido esa capacidad para entender el lenguaje que la naturaleza nos quiere hacer llegar. Por todo esto cada vez se hace más necesario ese retorno a la Tierra, muchos son los que a lo largo de los tiempos, dándose cuenta de este alejamiento han buscado la forma de volver a ella, de entender lo que nos quiere transmitir, en un intento por fundirse con La Gran Madre, de unirse con la tierra y con esos seres mágicos que prefieren no ser vistos. Lo mismo, no han sido capaces de ver a estos seres de forma física pero quizás, al pasear por alguno de estos lugares hemos sentido esa energía especial que envuelve como un manto todo nuestro ser, es en estos lugares donde nuestra percepción, donde nuestros sentidos se abren un poco más siendo capaces de sentir la naturaleza y por que no, a esos habitantes que aunque invisibles, en ocasiones se dejan ver, ya sea de forma voluntaria o por descuido.

  

Todos ellos, hadas, elfos, duendes, ondinas...forman parte de un único espíritu, conectado con lo que para algunos sería una divinidad, la Madre Naturaleza. Estos elementales de la naturaleza como hijos de Gaia protegen y preservan a la tierra de todo mal o al menos, lo intentan. Aquí podemos, de alguna forma, ver una similitud con la hipótesis de Gaia, la tierra como organismo vivo, respira, siente. Fue en 1969 cuando el prestigioso científico James Lovelock desarrolló esta, para muchos, delirante idea. La Teoría de Gaia nos dice a grandes rasgos que al tener la tierra vida propia todos los organismos están conectados entre sí, todos dependen unos de otros formando un Todo. De igual forma estos seres de la fantasía estarían también estrechamente relacionados con todo lo que respira.

Sobre que son las hadas hay diferentes opiniones, para algunos son las criaturas que cuando ocurrió la Gran Guerra en los cielos entre ángeles y demonios, entre el supuesto bien y el supuesto mal, decidieron mantenerse al margen no tomando partido por ninguno de los bandos. También se las ha relacionado con el alma de los muertos, almas en pena que esperan el día del Juicio final. Otros opinan que al desaparecer las divinidades celtas, estas no lo hicieron por completo, si no que pasaron a formar este buen pueblo, de esta forma y como ejemplo Morgana Le Fay, el Hada Morgana, podría tratarse de una de las Diosas de la Britania antigua, una de las divinidades nacidas de la Gran Diosa Dana.Pero es en Irlanda donde se cuenta una curiosa leyenda sobre el origen de hadas y elfos. Esta se remonta a los días de Eva, cuando se encontraba bañando en un río a sus hijos y dios le habló, entonces ella en su temor escondió a los niños que aún no había lavado, dios en su astucia preguntó a Eva si los que se encontraban allí eran todos sus hijos, a lo que ella dijo que sí. A Dios que nada se le escapa descubriendo el engaño pronunció su sentencia, estos inocentes niñitos que Eva intentó ocultar seguirían ocultos para el resto del mundo por siempre. Estos, según nos cuenta la leyenda, son los elfos y las hadas, son El Pueblo Oculto son los Huldre Folk. Paracelso pensaba que son seres intermedios entre los hombres y los espíritus. Para él cada elemento, tierra, fuego, aire, agua, tiene su correspondencia con estas criaturas. De esta forma los gnomos pertenecerían al elemento tierra, las nereidas al agua, los silfos al elemento aire, y las salamandras al fuego. Cada uno de estos Espíritus de la naturaleza tiene su función con respecto al cuidado de la Tierra, enojándose con el ser humano cuando este la daña.

Creer o no creer, es algo que como siempre tan sólo nosotros podemos decidir. Quizás solo los poseedores de esa segunda vista, de esa vista del alma sean capaces de apreciar las manifestaciones energéticas que la Madre Tierra nos ofrece. Para muchos el mundo en el que vivimos es el real, para otros no es más que una pesadilla de la que esperan despertar algún día para amanecer en el País donde los sueños dejan de serlo. Mientras tanto, abramos nuestros corazones y mentes a ese lugar que hemos desechado con el pasar del tiempo y no olvidemos que como dijo alguien en algún lugar:



Nada es lo que parece y Nada parece lo que es.

Al Amor De Mis Amores

Madre, llévame a la cama.
Madre, llévame a la cama,
que no me tengo de pie.
Ven, hijo, Dios te bendiga
y no te dejes caer.

No te vayas de mi lado,
cántame el cantar aquél.
Me lo cantaba mi madre;
de mocita lo olvidé,
cuando te apreté a mis pechos
contigo lo recordé.

¿Qué dice el cantar, mi madre,
qué dice el cantar aquél?
No dice, hijo mío, reza,
reza palabras de miel;
reza palabras de ensueño
que nada dicen sin él.

¿Estás aquí, madre mía?
porque no te logro ver....
Estoy aquí, con tu sueño;
duerme, hijo mío, con fe.


Miguel de Unamuno

Mater, semper vivus in corde meo.