Una gran historia, Jack Torrance, escritor, se traslada, junto a su mujer y a su hijo de 7 años, a un impresionante hotel llamado Overlook, ubicado en Colorado, para encargarse de su mantenimiento invernal, en la que el hotel permanece cerrado y aislado por la nieve. Jack acepta el trabajo con la idea de compaginarlo con la escritura de una nueva novela, en los días largos, fríos y solitarios de los meses de invierno. Pero, desde su llegada al hotel, Jack comienza a padecer inquietantes transtornos de personalidad, al mismo tiempo que en el lugar empiezan a suceder diversos fenómenos paranormales.
Su hijo posee un extraño sentido premonitorio que le hace ver cosas que ya pasaron o que estan por suceder. El jefe de cocina, también tiene ese poder al que llama: El Resplandor. (Ahora seguro que sabeís la película que nos traemos entre manos).
Un hotel incomunicado, un asesino en potencia y un niño enigmático con poderes telepáticos. A priori, parecen los elementos ideales para crear una película de terror.
Una magnífica interpretación del siempre inconmensurable Jack Nicholson y una no menos impresionante interpretación del niño Danny Lloyd, en el papel de Danny, el hijo del escritor Jack, hacen que el film otorgue al que lo ve, una sensación de miedo, tensión y escalofrío continuo, dignas de una de las mejores, para mi gusto, películas de terror de todos los tiempos. La que no da el nivel para mí es Shelley Duvall, por más oportunidades que le brinda la película, no parece nunca querer aprovecharlas.
Kubrick, después del fracaso en taquilla, no así de crítica, como para el buen gusto de cualquier cinéfilo con cierta sensibilidad, de Barry Lyndon, parece ser que estudió el mercado y comprendió que en la década de los setenta, si algo había dado dinero era el género de terror. En resumidas cuentas, Kubrick siguió la corriente, algo que no le había caracterizado nunca. Escoge además para adaptar su nóvela a guión, a un best-seller como Stephen King con el fin de asegurarse el éxito en este nuevo proyecto.
Con El Resplandor, ante todo estamos ante una película de género, cosa que tampoco es habitual en Stanley Kubrick que, a lo sumo, se sirve de algún género para contar sus ideas sobre la vida y las visicitudes que a él le rodean.
El genial director se propuso filmar a la esquizofrenia y vive Dios si no lo consiguió. Para ello convirtió el fastuoso hotel Overlook y el laberinto que se hallaba en su jardín en una perfecta metáfora de la complejidad de la mente humana. Un entramado complejo y retorcido. Un mundo aparte y encerrado en sí mismo que no sabe distinguir entre lo real y lo onírico. Un lugar donde se citan los temores más primarios, los recuerdos, la obscenidad, la paranoia, la más salvaje agresividad...
Jack Torrance va a sacar el monstruo que lleva dentro. Una bestia que habitaba en la mente del escritor y que ha sido liberada, quizás, por la sensación de aislamiento y soledad, quizás, por la desesperante y frustrante crisis creativa, que King confesó un día que había inspirado el personaje de Torrance, haciendo de él casi un autorretrato.
El relato de Stephen King, quizás la mejor adaptación al cine de una de sus novelas, junto con Misery, fue transladado a la pantalla con una forma de narración, realmente dramática, inquietante y por momentos, totalmente angustiosa. El maestro neoyorquino consiguió, además de crear una atmósfera del todo opresiva, algunas de las escenas más impactantes del género de terror hasta este momento. El mérito es aún mayor cuando, a diferencia de lo habitual en el género, el director no se refugia ni una vez en la oscuridad ni en otros convencionalismos de las películas de terror, para provocar miedo o tensión. Pocas veces en el cine la escena de un niño pedaleando en su triciclo por los pasillos de un hotel, es capaz de provocar un suspense tan extraño, tan inquietante, tan sobrecogedor...
La película esta sustentada en una historia atractiva y fácil de asimilar que hace que se gane al que la ve, casi instantáneamente. Cuenta además con un fotografía extraordinaría, santo y seña de toda obra de Kubrick por otro lado, de manos de uno de los grandes: John Alcott, el mismo de 2001 Odisea En El Espacio, La Naranja Mecánica o Barry Lyndon, entre otras; el que tenga ojos que vea, como viene escrito en los Santos Evangelios.
Una película, en definitiva, para ver hasta el final, literalmente hasta el último fotograma, pues también ahí, nos depara esta película, un instante tan magnífico como inesperado, que nos hará quedarnos unos minutos en nuestro sillón o sofá, pensando en que historia hemos estado viendo después de dos horas de metraje. Sembrando hasta el final, la inquietud, la duda.
El Resplandor, está considerada la película maldita de Stanley Kubrick. A la tensión sobrehumana que cuentan que sometió a todos los actores y el incendio que sufrió el set de decorados del hotel Overlook, que pospuso el rodaje varias semanas, se unieron una reducción del metraje europeo debido al inicial fracaso comercial que estaba teniendo la película en Estados Unidos, y un doblaje en España que el tiempo ha hecho famoso.
La esquizofrenia es una de las enfermedades mentales más debilitantes y desconcertantes. Define un grupo de trastornos que producen distorsión en los pensamientos y en la percepción. Los pensamientos parecen mezclarse y cambiar bruscamente de un tema a otro. La percepción puede distorsionarse más allá de la realidad, haciendo que las personas vean y oigan cosas que no se encuentran frente a ellos.
Es una película aterrador y que en las partes que no dan miedo te pone de nervios, Shelley Duval me gustó mucho porque ella es la que te pega mucho del miedo, hace unas caras que parece que se va a morir, es muy buena película
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