4 de junio de 1989, República Popular China, tras una serie de manifestaciones que tienen su inicio el 15 de abril de ese año, se produce la Matanza de Tian'anmen, perpetrada por el Ejército de Liberación Popular, en la plaza del mismo nombre, de la capital, Pekin. Los manifestantes masacrados, provenían de diversos grupos, fundamentalmente, intelectuales y estudiantes, que pensaban que el gobierno del Partido Comunista era demasiado autoritario y corrupto, y que como añadidura, contemplaban el proceso de apertura perestroiko de Rusia, iniciado por Mijail Gorbachov, esperando algo similar en su país, así como trabajadores de la ciudad, que después de las reformas económicas iniciadas por los mandamases comunistas chinos, veían peligrar su actual forma de vida, como consecuencia de la fuerte inflación y el creciente desempleo desencadenado.
Tras la llamada al orden por parte del Gobierno, se abre un debate interno, acerca de como responder a los manifestantes. Se elige la opción de detener las protestas por la fuerza, en lugar de acceder a las peticiones, en mayor o menor medida. El 20 de mayo, se declara la ley marcial, y la noche del 3 de junio, se envian tanques y a la infanteria del ejército, para disolver las protestas, que se estaban concentrando en la Plaza de Tian'Anmen. Se barajan unos números que oscilan entre 2200 y 2400, para los muertos en el ataque del ejército contra su propio pueblo y de entre 7000 y 10000, personas heridas o contusionadas. Inmediatamente después del homicidio masivo, el Gobierno inicia una serie de arrestos, con el fin de acabar con los instigadores de todo el movimiento, se expulsa a toda la prensa extranjera y comienza a ejercerse un control férreo de la cobertura de los acontecimientos por cuenta de los propios medios de comunicación locales.
5 de junio de 1989, se filma y se toma la fotografía que otorgaría a sus autores, el premio World Press Photo, y daría a su desconocido protagonista, relevancia a nivel mundial, hasta el punto de ser considerado por la revista Time, como una de las 100 personas más influyentes del siglo XX.
Desde el Hotel Beijing, los periodistas Jeff Widener, para Associated Press, Charlie Cole para la revista Newsweek y Stuart Franklin para Time, fotografían, al mismo tiempo que es filmado por las cadenas, CNN y BBC, el paso de una columna de tanques que se dirigen hacia la Plaza de Tian'Anmen, a través de la Avenida de Chang'An, cuando ocurre algo totalmente inesperado.
Ante el estupor de los corresponsales, un muchacho con dos bolsas de asas en ambas manos, cruza la avenida y contra todo pronóstico, se detiene obstinadamente delante de los tanques, impidiendo su paso. En ese momento, Widener pensó: ¡Está loco, lo van a matar! Los tanques se detienen. En un primer momento, el joven los increpa para que se marchen, intentan esquivarlo, pero una vez trás otra, el desconocido se coloca delante de ellos, sólo permitiendoles pasar, por encima de su cadáver. Momentos después, sube al primero de los carros armados e intenta dialogar con los soldados, al no encontrar respuesta, toma la decisión de no deponer su actitud hasta que estos no se marchen. Finalmente, un grupo de personas se lo llevan por la fuerza, dando la sensación de ser más policias secretos o de paisano, que ciudadanos de a pie, que velarán por su seguridad.
Jamás se llego a conocer su identidad, ni que fue de él, se conjeturan mil hipótesis, se supone que sería arrestado y quizás ejecutado, aunque si hubiera sido este el caso, el régimen quizás habría preparado alguna ejecución pública escarmentatoria, por una actitud antipatriotica y reaccionaria, otros especulan con la marcha del rebelde desconocido, como empezo a conocersele internacionalmente, a Taiwan. Nunca se supo nada más. El incidente para gran la mayor parte del mundo, fue muestra de la valentía y la lucha por la libertad individual; para el Gobierno Chino, sin embargo, como muestra del cuidado con el que el Ejército de Liberación Popular, cuidaba de sus conciudadanos, pues se evito en todo momento hacerle daño. Distinto visión, sólo dependiendo del distinto cristal, con el que se quiso ver.
Cole y los demás fotógrafos, se las ingeniaron para esconder y llevar los negativos a sus respectivas agencias, después del intenso registro que sufrieron por las fuerzas de seguridad del estado, en el interior de sus habitaciones. En la cisternas del water, dentro de los calzoncillos..., lo realmente importante, es que dejaron las conmovedoras imagenes del joven desconodido para la posteridad, que hacen aún, a cualquier persona, tener esperanza, creer en el género humano.
El fotógrafo de Time, declaro años más tarde: Él creo la imagén, yo sólo tome la foto, aún así, me siento honrado por haber estado alli.
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