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Bajo la influencia de la Especia Melange, la Especia de las Especias...

jueves, 24 de marzo de 2011

El Detective Psíquico

Muchas personas hay a lo largo y ancho del mundo que tienen una peculariedad en muchos casos no deseada por ellos mismos, y en otros que les hace la vida extremadamente difícil por las traumáticas experiencias derivadas de ese su don especial. Son lo que ha dado en llamarse en los ámbitos de la parapsicología, individuos con desarrollo de la percepción extrasensorial, manifestada en facultades como la clarividencia, claraudiencia, precognición, retrocognición, dermo-visión o telepatía.
Parecen muchas facultades para que una sola persona pueda poseerlas, pero estas personas denominadas detectives psíquicos, las poseen todas, casi sin darse cuenta de lo que son porque no son capaces de diferenciarlas, ya que ellos ven en esa capacidad que tienen de ayuda al prójimo usándola e impresionando a las fuerzas de seguridad que recurren a su ayuda en ciertos momentos en los que, sin más pistas ni posibilidades, se encuentran en un callejón sin salida en una investigación.

Si se habla con un científico, lo más seguro es que nos indicase que esas circunstancias no pueden darse, y que en caso de darse no se deben sino a un cúmulo de casualidades que han llevado a cabo la resolución del problema. No pueden entrar a calificar estas cualidades paranormales porque, simplemente, para ellos la parapsicología no existe, ya que los efectos que nombramos no pueden ser sometidos a estudios en un frío laboratorio. Vamos, que no pueden diseccionar el cerebro de un dotado, para ver porque funcionan las cosas así, ahí dentro.

Pero todo esto se puede rebatir con tan sólo unos cuantos datos, como muestra el ejemplo de un personaje que sí se dejo someter a toda clase de pruebas, y sobre el que existe una numerosa documentación al respecto. Se trata de Gérard Croiset, al que al principio se tomaba por un curandero y que luego terminó convirtiéndose en unos de los mayores colaboradores psíquicos de la policía en la resolución de casos de personas desaparecidas.

La historia de este personaje no es muy positiva en sus primeros años de vida. Nació en 10 de Marzo de 1909 en Laren (Holanda), de padre judíos y actores de teatro, pasó la mayoria de su infancia en casas de acogida donde fue muy mal atendido, llegando a padecer raquitísmo. Todas estas visicitudes despertaron en Gérard un raro comportamiento, que le llevaban a escribir cartas con remitentes desconocidos y describir lugares en los que nunca había estado.

Por supuesto que el origen judío de sus padres no pasó desapercibido para él durante la Segunda Guerra Mundial, donde fue detenido y obligado a llevar la estrella de David, símbolo claro de persona apartada de aquella sociedad. Por suerte, sólo fue detenido y luego puesto en libertad en 1943, junto con su mujer. Lamentablemente, debido a lo convulso de la época, no tardó en ser detenido y recluído otra vez, repitiéndose la historia de su puesta en libertad sin motivo aparente después del paso de cierto tiempo.

Su interés por saber qué le ocurría a veces su mente cuando recibía esas extrañas imágenes y sentimientos tan fuertes se agudizó cuando asistió en 1945 a una conferencia sobre parapsicología que impartió el doctor Tenhaeff. Croiset se presentó ante él, le habló de lo que ocurría, y se puso a su disposición para que le practicaran cuantas pruebas fueran necesarias en esclarecimiento de los extraños sucesos que, en principio, le martirizaban por no conocer su procedencia ni mecánica.

El propio Tenhaeff quedaría sorprendido en los primeros meses de 1946, en los que se le practicó a Gérard numerosas pruebas parapsicológicas y demostrando un potencial superior a lo que hubiera esperado en un principio.

Se trasladaron entonces hasta la Universidad de Utruecht, donde realizaron sendos test psicológicos, arrojando unos resultados similares a personas dotadas de una percepción extra sensorial clara: infantilidad, teatrealidad, inseguridad, tensión y desórdenes estomacales. Por el contrario, sufría menos altibajos psicológicos que otros dotados.

Croiset nunca aceptó dinero cuando puso en uso esas facultades paranormales, las cuales llegaron a tener tal repercusión que fue reclamado en más de una ocasión por la policía holandesa para resolver ciertos casos en los que se encontraban atascados. Siempre pagó sus gastos de viaje cuando necesitaba de su desplazamiento y nunca realizó previsiones sobre la bolsa o juegos de azar. Además, aunque conocía el hipnotismo nunca se sometió a autoinducción.

Pero en lo que realmente destacaba era en la localización de niños los cuales habían desaparecido en extrañas circunstancias, probablemente motivado por la existencia de sus propios hijos y la posibilidad de verse desgraciamente en el lugar de los padres. Pero cuando se trataba de la localización de pequeños ahogados, sus precisiones eran impresionantes. Posiblemente, el hecho de casi morir ahogado cuando era niño le motivaba especialmente a realizar tales predicciones, aunque lamentaba el hecho de tener que transmitir a los padres del desaparecido tan triste noticia.

Aseguraba que, cuando tenía visiones sobre una persona desaparecida pero que estaba todavía con vida, lo que veía lo hacía en blanco y negro. Pero cuando el sujeto en cuestión estaba muerto, todos los detalles que veía incluyendo el cuerpo aparecían en color. Este hecho mostró contradicción en Tenhaeff ya que no parecía lógico que fueran las visiones en esta forma.

En cuanto a sus impresionantes predicciones, estas llegaban incluso a mezclar la clarividencia con la premonición. En un caso en el que se le interrogó por un niño desaparecido, Croiset aseguraba que el chico se encontraba vivo junto a un puente situado en un lugar concreto del río que pasa por la villa de Slikkerveer. Esto fue en 1962, y desconcertó bastante a la policía, ya que en la zona descrita no había ningún puente. Poco después, uno de los agentes que estaban en el lugar de reunión se acordó que en fechas posteriores estaba proyectada la construcción de uno, precisamente en la zona donde describía el psíquico. Los policías pudieron localizar al pequeño en dicho lugar. Croiset no sólo había visto al niño, sino que había visto el puente en el futuro.

Gérard cuando era preguntado por las sensaciones que tenía durante una de esas visiones explicaba que todo comenzaba como una nube de polvo tenue, el cual se convertía la poco en líneas que los unían. Estas líneas en planos y, poco a poco, comenzaban a formarse imágenes bidimensionales primero, para tornarse tridimensionales, pudiendo captar detalles precisos de aquello que se le preguntaba.

Uno de los experimentos más impresionantes a los que fue sometido se llamó el test de la silla y consistía en preguntar a Croiset sobre características de la persona que ocuparía un lugar concreto en el futuro durante la celebración de una reunión pública. Se dejaba entonces el día de tal acto que las personas se sentaran al azar, siendo en otras ocasiones colocadas con entradas numeradas, pero no en orden.

Posteriormente, se hacía una referencia en un momento de la reunión al asiento en cuestión, preguntando a su propietario sobre las características dadas por Croiset. Sorprendentemente, podía adivinar datos como edad aproximada, sexo, aspecto y otros detalles más bien privados sobre su vida laboral o personal, algo fuera de la común.

Quizás uno de los casos más importantes para este dotado fuera el que le llevó a la búsqueda de una chica desaparecida en extrañas circunstancias llamada Pat McAdams. Según constaba en los informes policiales realizados tras dar la voz de alarma los padres, la chica que contaba con diecisiete años en 1967 y trabajaba en una fábrica textil decidió ir hasta la ciudad de Glasgow junto con una amiga. El primer tramo del viaje, al parecer, lo realizaron en autobús hasta la ciudad de Gretna para, posteriormente, realizar autostop en dirección a la mencionada ciudad. Se lo pasaron en grande realizando compras de vestidos y zapatos además de dos bolsos de color negro que les gustaron a las dos amigas. Para continuar la fiesta, decidieron tomar algo en un lugar donde conocieron a dos jóvenes que les acompañaron hasta una sala de fiesta de nombre Flamingo. Antes de la medianoche, las chicas siguieron a los dos muchachos hasta la casa de uno donde se celebraba una fiesta para quedarse allí a dormir después de terminar esta. A la mañana siguiente, día 19 de Febrero, temprano, se fueron en dirección a la estación central de autobuses y tomaron uno hasta llegar a la carretera de Londres. Allí bajaron y volvieron a realizar autostop hasta parar a un camionero que se ofreció para llevarlas a su destino. Sobre las 11:30 los trabajadores de una estación de servicio dijeron que vieron a las chicas con este conductor que pararon a tomar un café y algo de comida. La amiga de Pat se encontraba algo cansada y decidió ir a dormir a la cabina del camión, mientras esta y el camionero se quedaban a tomar unos whiskeys.

A partir de aquí, el camionero cuando volvió a retomar el volante, no lo hizo en la dirección que las chicas pretendían. Hazel, la amiga de Pat dormía mientras los otros dos charlaban. Al despertarse Hazel y ver la dirección extraña, obligó al conductor a parar y se bajó frente a la cooperativa del pueblo de Annan, sobre las dos de la tarde. Esta fue la última referencia conocida de Pat, que como hemos comentado acompañó al conductor del camión. No sería hasta el martes 21 de Febrero cuando los padres de esta chica acudieron a la comisaría de policía para denunciar su desaparición y comenzar la búsqueda. En un principio los agentes pensaron en que se trataría de una desparición consentida, y en breve se pondría en contacto con los padres, pero pasaron los días y este hecho no se llegaba a producir. Otro motivo de sospecha por el cual se caía esta teoría era que Pat se mostraba especialmente meticulosa con la ropa, y en caso de haber decidido irse de casa, o hacer un viaje, más o menos planeado, se hubiera llevado una buena reserva de esta. Sin embargo, toda estaba en casa de los padres de esta.

Por lo tanto, la policía se centró en la búsqueda del conductor y el camión, ya que era la última pista fiable para localizar a Pat. Una vez encontrado el camionero, aseguró en la declaración realizada que había dejado a la chica en las afueras de la ciudad de Dumfries, y no sabía su paradero desde entonces. Desconfiados de este tipo, los policías intentaron saber si alguien de la citada población había visto el camión, y saber si también había pasado por la ciudad de Annan.

Cuando tuvieron todos los datos de los testigos, reconstruyeron los hechos y determinaron que el camión se salió de la ruta hacia Dumfries por una estrecha carretera que llevaba a Dalton, ya que los vecinos aseguraban haber visto un gran camión que casi bloqueaba toda la carretera en esos días, teniendo que realizar maniobras para continuar su camino. Pudo haber salido de la misma tomando un camino que le llevaba hasta el interior del bosque de Birkshaw para regresar a una carretera mayor. Todo hacía indicar que el camionero quería despistar a los posibles testigos ayudándose de la espesura del bosque.

La policía centró entonces su búsqueda en torno al pueblo de Dalton, y pegó carteles en todas las calles para intentar saber si alguien podía dar más datos, sobre todo, de la chica desaparecida. Rastrearon con perros la zona boscosa y los alrededores de este pueblo, sin hallar nada. Luego, la noticia saltaría hasta el Daily Record, diario que se haría eco de la noticia, distribuyéndose por todo el país. Hasta en televisión la señora McAdams rogó a todo aquel que pudiera estar viéndola que si sabía algo avisara a las fuerzas de seguridad..., pero nada.

Tres años más tarde, un periodista inglés llamado Frank Ryan que se encontraba en Holanda y conocía las increíbles aportaciones que Gérard Croiset había hecho en la búsqueda de personas desaparecidas, y recordó este caso en el que él mismo había trabajado. Contactó con el en su despacho y le comentó el asunto, además de ofrecerle un cartel con los datos y fotografía de la muchacha. Cuando comenzó a disertar sobre todos los datos y visicitudes de la investigación, Gérard lo interrumpió para hacerle dos preguntas, siendo esto lo único que en un principio le interesaba: ¿Era esta muchacha feliz en casa? y ¿y dónde fue vista por última vez? Frank contestó a ambas preguntas y señaló sobre un mapa el sitio donde se perdía la pista de la chica. Croiset después de hacer una pausa meditativa, aseguraba ver un bar de carretera, siendo este lugar importante en todo el caso. Luego siguió con sus visiones con un lugar cerca de un río, donde las raíces de los árboles se podían ver con claridad, y junto con él un puente con barandillas de un tubo gris, a los pies de una colina. Cruzándolo, se encontrarían con una casa de campo, pero que no era usada como tal, rodeada por una valla blanca. Tras hacer un dibujo de esta, le pidió al periodista que el mismo fuera el que investigara y descubriera ese lugar, pero no dijera nada a la policía hasta no haber visto con sus propios ojos todo lo que había en el papel, y lo hubiera fotografiado.

Frank regresó a Inglaterra y se hizo acompañar de un fotógrafo amigo suyo, Jack Johnstone, que además era habitante de Dunfries el lugar donde se supone que Croiset percibió todo lo que indicó anteriormente. Tras tener una conversación basada en los dibujos, llegaron a la conclusión de que posiblemente se trataba del puente de Williamwath, cercano a la población de Dalton. Pero al viajar hasta este sitio, el puente no era el descrito, Jack recordó en ese momento que había otro en Middleshaw, pero a 5 kms. de distancia. Llegaron al lugar, y ante su sorpresa, se encontraron con el mismo lugar que había descrito Gérard. También pudieron observar que el río había socabado tanto el lecho del río que dejaba al descubierto las raíces de los árboles de la orilla y a poca distancia, la casita con la valla blanca.

Por todo esto, Ryan se puso en contacto con la señora McAdams y le comentó todo lo que Croiset había conseguido con sólo una visita. Solicitó de esta un objeto con el que pudiera percibir más datos, y que hubiera pertenecido a la joven. El periodista partió hacia Utrecht con las imágenes del lugar en cuestión, y una biblia propiedad de Pat.

El asombro de Gérard fue mayúsculo cuando vio las instantáneas, exclamando: ¡esto es lo que yo había visto!. Toda esta alegría se tornó inmediatamente en un halo de tristeza cuando, con la biblia de sus manos, aseguró con rotundidad: Pat ya no se encuentra entre nosotros, y describió el lugar donde había sido enterrada: un paraje en el que se encontraba un árbol en el que sus raíces formaban un gran hueco en la orilla del mismo río que describiera en su primera visión. Señaló sobre un mapa a escala en un lugar denominado Broom Cottage y le indicó a Ryan que encontraría una carretilla junto a un coche, o mejor dicho, parte de este, sólo la vieja carrocería.

Inmediatamente, Ryan regresó al lugar de los hechos con información reciente aportada por Gérard y se acompañó de personas que pudieran servir como testigos de los acontecimientos que debían ocurrir. Apareció el puente, que cruza un río que se llama Water of Milk cerca de Middleshaw. Pero lo más sorprendente estaba por llegar; tal y como predijo Croiset, a poco más de un kilómetro de ese puente se encontraba, en el jardín de Broom Cottage la carrocería de un viejo Ford verde y una vieja carretilla apoyada sobre este..., tal y como se había previsto.

Ryan aseguró que jamás estuvo en ese lugar, y por lo tanto, no podría tratarse de una transmisión telepática entre este y Gérard, con lo cual no había lugar a dudas de la gran capacidad paranormal de este dotado. La experiencia vivida en esta visita se publicó en el periódico Daily Record y también al inspector Cullinam, los cuales volvieron al lugar para buscar rpuebas o, más concretamente, el cadáver de la chica. Llegados al lugar, se les entrecortó la respiración a la par que se quedraron fríos cuando descubrieron, enganchados en las raices de los árboles que se veían por la erosión del río los restos de un vestido negro, un bolso y unas medias.


Aunque todo esto se publicó inmediatamente, la policía quedó decepcionada, ya que el vestido no pertenecía a Pat por ser este de manga larga y no coincidir con la descripción dada por el que compró la desaparecida según su amiga y los demás objetos eran basura arrojada a este río. Por tanto, ni se encontró el cuerpo, ni pruebas concluyentes.


Ryan transmitió esta conclusión a Gérard el cual se exculpó asegurando que aunque tenía visiones, no sabía en qué grado estas ayudarían a una investigación policial, aunque se sorprendió nuevamente con las imágenes tomadas en el citado jardín en las que se veían los restos del coche y la carretilla.


Esto le dio ánimos para describirle al periodista el aspecto de una persona, para el dotado, sospechosa en la desaparición. Debía tener entre 32 y 34 años, de pelo oscuro y no más de 1,63 m. de altura, sobresaliendo el detalle de tener una oreja más larga que otra. Esto es lo que había visto Croiset durante unas imágenes que percibió en laas que vio a Pat paseando con esta persona.


Todos estos detalles hicieron que la investigación, a pesar de los contratiempos que supusieron no encontrar el cadáver de Pat, continuara. Croiset aseguraba que el vestido era el que se había comprado con el dinero que la señora McAdams le había dado, aunque la amiga aseguraba que sólo se compraron un bolso. Los guardabosques dijeron que durante el tiempo que pasó (tres años) se había procedido a realizar talas y tareas de mantenimiento del río, la policía por el contrario seguía sin dar relevancia a los objetos encontrados en el registro de la zona. Por último, Gérard fue invitado a Escocia por el periódico, y al llegar fue acompañado en todo momento por el jefe de investigación criminal de la localidad. A este le resultó chocante que, a pesar de que nunca había pisado ante ese lugar, paseaba muy seguro y convencido, como si conociera todo aquello de sobra. En el lugar donde había dicho que encontrarían el cuerpo, añadió que estuvo allí enredado durante un tiempo y que, poco después, una crecidandel río lo liberó de las raíces y lo arrastró hacia la desembocadura. Pocas esperanzas por tanto de encontrar el cuerpo.


Aunque todo puede parecer un fracaso, hay que destacar que Gérard nunca había pisado Escocia y, desde su despacho a miles de kilómetros, describió con gran detalle lugares, aspectos y objetos que estarían en ese mismo lugar, los cuales fueron corroborados posteriormente por testigos directos, el más significativo Frank Ryan periodista de la zona, además de miembros de la policía. Una clara demostración, por tanto, de las cualidades de un gran detective psíquico en la historia de Europa.


Lo único que queda por resolver es ¿qué hilos se mueven en la mente de un hombre, en ese 95% que parece no utilizamos, para que puedan percibirse detalles de un acontecimiento ocurrido en otro lugar y en otra época con estos detallles? Juzgar los hechos nos acercará a la verdad y de algún modo, a otra forma de percibir la realidad.






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